Ayer viernes tuve la oportunidad de conocer un nuevo lugar, el multinombrado "la perla" que se encuentra en república de Cuba en el centro histórico de la ciudad de México; cuando llegamos al lugar lo primero que salta a la vista de su narrador es la palmera como forrada de papel crepe, ya sabes ese que se estira, ampliamente usado en las manualidades propias de la infancia, al verla sólo pude pensar en una cosa, que la noche me esperaba para deslumbrarme y llenarme de imagenes que dificilmente borraría algún día, lo que se ratificó con lo sucedido al colocarnos en la puerta de entrada y escuchar cómo un señor nos preguntaba acerca de nuestra mayoría de edad, lo cual no tendría nada de extraño excepto que te lo preguntara el "Mago Septiem" sentado en lo que al parecer era una segunda base, aunado al hecho señores, ustedes saben, que hace muchos años deje de verme como un nene de dieciocho primaveras, bueno para acabarla rápido, ustedes saben que es el día y me veo con más de treinta añitos en mi haber (sshu, sshu).
En fin, al ingresar al lugar me di cuenta que estaba ambientado con una luz roja, ya sabes ese rojo/rosa/carameloide propio de las peliculas del maestro Inclán y que sobre la pista de baile colgaban barbitas de esas como de papel metalico rojo, las cuales, al parecer bailaban al compaz del ritmo que sonaba, efecto optico causado por el aire acondicionado del lugar; en fin, despues de la impresión inicial y ya más o menos acomodados empezó el show trasvesti, el cual me pareció de muy buen gusto, ja. la música muy buena, para recordar las bodas de nuestros amigos, así como de fiestas noventeras, precio moderado, muy propio para conocer chica linda bailando.
Señores, lo que realmente llamó mi antención y me pareció increible fue el hecho que el Dj era polillita, sí, el hermano del "mago Septiem" de la entrada, no mames, tenía más arrugas que un testiculo de viejito, y me hizo la noche cuando al ritmo del grupo Fandango, cuando era la parte de "HUO, HUO, autos moda y rock...", con un delicado, pero firme movimiento dibujaba en el aire un ocho, es decir, un signo de infinito, para ver como la chaviza se ponía picuda y bailaba al ritmo que marcaba, de no mamar, tengo que regresar, yo creo que a más tardar en mi cumple.
Ja, unos wuelles de la mesa vecina se estaban peliando, era una pareja y ella en el acto más grande de desprecio que una mujer puede hacer a un hombre lo baño con refresco de limón, ja, pinche vieja intensa, luego como que se contentaron pero ella no lo quería besar, sólo dejaba que le agarrara las nashh, ja, intensa.
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2 comentarios:
Yo no me paro en esos tugurios!
Llévenmeeeeeeee......... digo, por lo menos me harán sentir joven, y de paso igual y hasta chamba conseguimos.....
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