Hace un par de días, viendo el noticiero deportivo de Fox, tuve oportunidad de observar una entrevista con Jesús Martínez, presidente del Pachuca, en la cual le cuestionaban sobre el accionar de su equipo y su prematurísima eliminación del Mundial de Clubes que se celebra en Japón. El reportero le preguntó expresamente: "¿Cuál es su opinión, Sr. Martínez, sobre el fracaso que ha representado la participación del Pachuca en este torneo?" Una perplejidad absoluta se adueñó de mi al escuchar su respuesta: "No, no fue un fracaso; en Pachuca no utilizamos esa palabra, más bien son lecciones de vida". Luego de la perplejidad vino una estruendosa carcajada. "¡Madres! -pensé yo- Ahora en Pachuca hasta tienen su propio lenguaje para designar las cosas que suceden". Y, obviamente, más y más risa.
Lo anterior me dejó pensando seriamente en la palabra "fracaso" y el asombroso pánico que parecen tenerle la mayoría de los jugadores, técnicos y directivos del mundo del futbol. Me pregunto por qué.
Fracaso significa, simplemente, "resultado adverso de una empresa o negocio" (Diccionario de la RAE). Luego entonces, debe ser un rotundo fracaso el hecho de que un equipo quede eliminado de un torneo, puesto que, debemos pensar, acude a él con las miras de ganarlo; al no hacerlo, obtiene un resultado adverso de la empresa que se propuso, o sea, fracasa.
Pero no, para Jesús Martínez el hecho de que Pachuca, luego de enfrentarse a un paupérrimo equipo tunecino (¡Etoile Sportive du Sahel!), de tener llegada tras llegada y no lograr concretar ni una, de ejercer un dominio absoluto durante 84 minutos de juego, para terminar perdiendo por un gol producto de un desvío propio a un inofensivo tiro de larga distancia, no sólo no es un fracaso, es una lección de vida... una lección de vidaaaaa, weeeeeeeeeeyyy!!!!! Dios nos ampare... A menos que no tengas como objetivo ganar los torneos a los que te inscribas, las eliminaciones que sufras no serán fracasos. Lo anterior puede resultar absurdo -¿para qué diablos jugar una competencia sin pretender ganarla?-, pero pongamos un ejemplo que pueda ilustrar. A mi me parece que el Veracruz tendrá como objetivo la próxima campaña no descender, es decir, acumular cuantos puntos le sea posible para quedarse en la primera división; por lo tanto, si no resulta campeón, pero gana y empata los partidos suficientes como para asegurar su permanencia, habrá tenido una temporada exitosa. No quiero decir que despreciaría la oportunidad de quedarse con el título, sencillamente que, dadas sus circunstancias, su prioridad en el torneo será otra. En conclusión, el fracaso o éxito derivará de los objetivos trazados.
Jajajaja... lecciones de vida... jajaja... ¿Qué clase de respuesta es esa?
Por el contrario, al terminar el partido en el que Pachuca quedó eliminado el DT del equipo de Túnez dijo: "Hemos contado con una enorme fortuna, Pachuca es un equipo infinitamente superior al nuestro".
Como bien me dijo Lobo cuando se lo conté, el reportero de Fox debió señalarle al presidente del Pachuca: "Sr. Martínez, discúlpeme, pero lo que usted me está contestando es una estupidez".
Más nada.
Beto.
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1 comentario:
Lamentablemente, el miedo al fracaso no sólo se constriñe al fútbol, porque tengo la firme opinión de que a la mayoria de la gente aspira a triunfar siempre, mas nunca se nos enseña a lidear de manera adecuada con la frustración que provoca el fracaso, puede ser, tal vez, una cuestión, incluso, de educación. (luis)
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