lunes, 6 de octubre de 2008

Random o cómo comerte una torta en la oficina (Luis)

¿Por qué random el nombre de esta entrada? Porque en realidad no tengo un juego que reseñar, así que hablaré de temas aleatorios, los cuales en realidad pueden o no tener relación alguna con videojuegos, pero como tengo que publicar mi entrada semanal, después de las múltiples amenazas del autoproclamado ministro en jefe, pues me obliga a escribir cualquier pendejada.
En primer orden, comentar que esta semana tuve el placer de ver a un amigo que hace tiempo no veía y que es asiduo lector de este querido, multicultural e influyente blogg, me refiero al buen Cheikis, quien nos deleita con sus comentarios llenos de dudadas, que lo único que hacen es evidenciar que nuestras entradas no fueron tan claras como hubiésemos querido. En fin, la semana pasada, tuve que ir a la cede de la Sala Superior del Consejo Tutelar para Menores (mejor conocido como el “Tribilín”), ahí pasé por la calle de Xochicalco y dije para mis adentros, “aquí vive el Cheikis!” así que le hablé por teléfono para decirle que estaba en la esquina de su casa, él me contestó con un amable, aunque sacado de onda, buenos días, y es que un amigo te hable antes de las diez de la mañana no es cosa común, sin embargo, en cuanto le dije a la buena güera que estaba en la esquina de la morena y xochicalco me dijo “espera! Espera!”, yo pensé que se bajaría a saludarme, o en el mejor de los casos, a invitarme a tomar un buen desayunito… pero no, bajó ataviado para irse al trabajo, le invité a subirse al auto, pues sus intensiones eran claras y decididas, entraría a mi auto, a cualquier costo, así que preferí invitarle a subir, antes de que se metiera por la ventana… platicamos brevemente, y lo dejé en un banco sobre la avenida Cuauhtémoc, avance unos metros y un sentimiento de uso/taxista/los Güeros son unos abusivos, me invadió… pero bueno, todo se le perdona a quien use una foto de Cheavy Chase en su perfil. Además que en realidad me dio gusto verle, pues la vida de casado hace que sea difícil ver a los amigos, y te hace desear que más seguido se puedan hacer reuniones mixtas, sin embargo, mientras la mayoría de mi círculo social se mantenga abiertamente soltero, creo que eso no sucederá, al menos, en el futuro próximo…
Por otro lado, ¿ya escucharon que se estrena Street Fighter IV? Seguro que sí, aunque lo que es seguro, es que no sabían que por fin podremos ver en acción al mítico maestro de Ryu y Ken, que en América fue bautizado con el nombre de Shen Long (un nombre muy chino para mi gusto) pero su nombre original es el de Gouken (para los que no sepan, Akuma, uno de los personajes del universo de este juego, es el hermano menor de Gouken y en Japón, se le conoce como Gouki –diablito- lo cual se convierte en un buen dato de trivio/una de las diez mil cosas que sabes que no tiene la menor importancia) Para los que estén interesados, pueden Youtubear a Gouken en Street Fighter IV, y les saldrá un video de este artista marcial, quien como podrán supones, tiene movimientos similares a los de Ryu, Ken, Akuma y Dan, pero a la vista es algo más lento, pero parece ser más poderoso. Pero hasta no enfrentarlo o usarlo, no puedo asegurar nada.
Cambiando de tema, este fin de semana, me fui al hermoso puerto de Acapúlco y conocí dos cosas, una es que la bahía de Acapúlco en realidad se llama la bahía de Santa Lucía (lo cual de verdad no lo sabía) y la otra es que los helaos Santa Clara están más caaaaros, porque de un helado doble y uno sencillo pagué ciento diez pesos, lo cual se me hace un abuso, no sé si sea el precio aquí en el Defectuoso, pero me pareció muy caro por unos heladitos, tal vez el hecho de que mi helado haya sido no de uno, no de dos, sino de tres chocolates, le dio ese precio exorbitante, porque mi novia se tomó uno sencillo de nuez, a un precio que, por el amor de Dios, nos hubiera alcanzado para unos tres o cuatro litros de helado Yom Yom caducos que todavía venden en el Walmart y a atascarnos! En fin, el glamur tiene su precio (claro, si el concepto de glamur incluye tomarte un helado en la costera, mientras ves pasar calandrias con gente que se sienten reyes de kínder saludando y mandando besos a diestra y siniestra.
Pero no todo es dicha, alegría, helados y diversión, creo que ya mis otros compañeros ministros tocarán el tema, pero, que pinche jornada tan más mala se vivió este fin de semana en el torneo doméstico… digo, la verdad esperaba más de los duelos entre pumas y América así como el cruz azul contra Toluca, pero fueron un par de empates más piteros, que en realidad no valieron ni ver la repetición en Acción nueve millones, ochocientos cincuenta mil quinientos punto ochocientos dieciséis. Por lo menos las Chivas salieron airosas este fin.
Ahhhh ya se me olvidaba, cómo comerte una torta en el trabajo, pues verás, cuando no puedes salir, y debes quedarte de guardia en tu lugar de trabajo, pedir de comer es lo más adecuado, pues llegar con tu sanwiche puede hacer que la gente te vea con cara de “ahh mira al nene, sólo le faltó su loncherita de _______ (para que pongas al mono de moda –yo hubiera sugerido a Barak Obama)” así que para evitar miradas indiscretas, así como el penoso hecho de acumular tus almuerzos en el cajón, que lo único que provocan es que en un par de meses de tu lugar surja un olor fétido y nauseabundo, la mejor decisión es pedir a la calle. Por ello, es que le pedí a un compañero de trabajo que me recomendara algo y me dijo que las tortas de no sé donde, eran de lo mejor, así que la persona del aseo que me hizo favor de ir por ella me dio un sabio consejo culinario cuando le dije que me trajera una torta sencilla de jamón “mejor pida la rusa mili” (mili: dícese: Mi lic.) así que le hice caso y pedí una rusa, sin pensar en las consecuencias… y es que, yo no sabía, que en mi lugar de trabajo no está bien visto que te vean con tu cocota y tu tortuga, no por otra cosa, sino por el olor que despiden las verduras que acompañan a este sabroso alimento, así que cuando me trajeron mi torta rusa, la cual tenía milanesa, quesillo y pierna (se antoja ¿no?) también tenía su dosis de chilitos, cebollita, jitomatito y lechiguita, lo cual la hacía una bomba de olor, así que, esto fue lo que pasó. En primer lugar, para no manchar mi lugar, ni mi finísima corbata, hice lo siguiente (por favor, tomen nota como cuando cositas pedía que pusieran atención, pues no lo diré dos veces): Tomas dos hojas de papel oficio no membretadas, y si están membretadas pues las volteas, no seas wey, eso será tu mantel, y para la corbata, apliqué un consejo que me dio el buen Mc. Alex, que bien sirve para ir al baño, como para comer en la oficina, tomas la corbata, y la metes entre los botones de la camisa… sí, sé que suena fácil, pero créanme que éste consejo les sacará de muchos aprietos, tanto a la hora de comer, como a la hora de sentarse en porcelana (sólo que no se les olvide regresar la corbata a su lugar una vez que terminen, porque ya me pasó que la gente se me quedó viendo raro una vez que regresé del baño y lo primero que pensé era que tenía la bragueta abajo, peor no, era lo que ustedes se imaginan) en fin, siguiendo con lo de la comida, aproveché que un compañero tenía su perfume (¿??¿?¿?) y le pedí un poco, lo rocié en el lugar donde comí y eso medio disimuló el olor, aunque después olía como verdulero listo para una cita; y el toque final se lo puse a la explicación que le di a los demás compañeros que me preguntaban de dónde provenía el olor a fritanga: “a mi ni me vean, que yo nunca como en la oficina y ni me gusta andar comiendo cosas de la calle” con eso, mira, ya ni quien te diga nada, aunque después que fui al baño a lavarme las manos, me di cuenta de que mi corbata estaba entre los botones de la camisa, lo cual me dejó con la duda sobre si mis compañeros me creerían al cien lo que les dije.

3 comentarios:

Gerry dijo...

Luis, si se te han terminado juegos para reseñar, puedes acudir a mi colección de Wii (Mario Kart y Smash Brothers) en cualquier momento, pues veo que esta consola la tienes muy abandonada.

Con respecto a tu visita, obviamiente mi intención era saludarte pues, como bien comentas, ya tiene tiempo que no te veía. Sin embargo, ya estando afuera, viendo tu coche y la hora (razón por la que no te ofrecí desayno) fue que decidí pedirte un aventón... y si, me hubiera metido por la ventana de haber sido necesario.

Por último, si quieres ver encuentros entretenidos en el futbol mexicano, sintoniza los partidos del Atlante... son garantía.

Unknown dijo...

Jajajajajajaja no mames!! me reí como puerco!!! jajajajajajajajaja
mi estimadísimo Luisao, que buena entrada nos ha dado el día de hoy, no importa que no escriba de consolas, siga así y se llevará las palmas!!

jajajajajajajajajajaja

Beto, Lobo, Luis y Gerardo (Vale) dijo...

Para la próxima vez que vaya para el Tribilin le llamaré a Cheikis pa que me tenga un frapuchino de moka obscuro con menta y un sanwiche! Saludos!