Clásico raro (Beto).

En primer lugar, debo disculparme, una vez más, por la falta de artículos en el blogg. Gracias al Ministro Luis, este espacio no ha quedado en blanco, pues ha colaborado con estupendas reseñas de videojuegos. Les prometo, queridos lectores, que ahora sí no sucederá más.
En segundo lugar, Ministro Luis, no se confunda. En verdad han coincidido mis escasas colaboraciones con las escasas victorias del América, pero nunca ha sido de modo intencional. La redacción de mi tesis ha ocupado la mayoría de mi tiempo, por lo que, ustedes comprenderán, mi contribución a este Honorable Ministerio se ha visto limitada. Pero no más.
Ahora sí, a lo que nos truje. El clásico fue un partido raro. Las Chivas llegaron como amplio favorito, lo demostraron y lo hicieron efectivo. Fue un verdadero baile desde el minuto 0 hasta el 92. Se cansaron de llegar y llegar, pero sólo anotaron 3 veces. Mucho se habló durante la semana de que en este tipo de partidos las estadísticas no cuentan y no importa como lleguen los equipos, siempre son juegos diferentes y no hay favoritos. Pueda que sea verdad, pero yo no lo creo; la realidad es que nunca en la historia de los América vs. Guadalajara la diferencia había sido tan abismal. Chivas no iba a ganar por ser el número uno en la tabla general y América no iba a perder por ser el último. Sencillamente, el primero juega un gran futbol y el segundo no juega a nada. No había más que discutir. El orgullo, la determinación y el carácter, que se supone hacen ganar estos partidos cuando falta el futbol, parece que, lo hemos visto y señalado, no se conocen en Coapa últimamente.
Si bien las Chivas dominaron ampliamente y fallaron goles cantados, las tres anotaciones que lograron fueron productos de terribles errores defensivos del América. Una mala marca dentro del área a balón parado, una terrible confianza de Cervantes tratando de "proteger" un balón que salía a saque de banda y nuevamente Cervantes barriendo mal cuando en verdad pudo sacar esa pelota que terminó en el fondo de las redes. Sin embargo, lo anterior no obsta de ninguna manera para asegurar que el Guadalajara fue absolutamente superior en todas las líneas. Pero el partido fue raro, insisto, metieron las más "difíciles" -relativamente, claro está- y fallaron las más "fáciles".
Por otra parte, como americanista agradezco la confianza y sobradez que se apoderó de las Chivas luego del tercer gol. Me parece que vieron el partido tan sencillo (en verdad lo era), que aflojaron mucho y al final les costó dejar escapar la oportunidad histórica de aplastar como nunca (NUNCA) a las Águilas. El marcador del primer tiempo pudo, en verdad, terminar 5-0 -así debió ser- y si eso ha sucedido les aseguro que el América nunca habría anotado, menos con la expulsión -injusta, sí; pero de ninguna manera influyente en la definición del encuentro- de Silva. Pero no fue así, Chivas dejó de aplicarse, bajó el ritmo, quitó el pie del acelerador y fue SÓLO a eso, y al talento y huevos de Salvador Cabañas (el gran Cabañas), que América anotó 2 goles; el primero, hay que decirlo, producto de un penal dudoso.
Un partido raro: Chivas lo dominó y barrió con el América. Pero desaprovechó tanto y le dio vida al rival, al grado que, si el juego ha durado 10 minutos más, quizá Cabañas (el gran Cabañas) lo habría empatado. Qué cosas...
No queda sino seguir esperando que esta pesadilla termine. Que la reestructuración prometida sea en verdad de fondo y que Cabañas nunca deje de vestirse de amarillo y azul.
Más nada,
Beto.