
Este juego bien puede estar marcando un nuevo paradigma en la forma en que se desarrollan y distribuyen juegos, te diré porqué. Generalmente, los videojugadores, están acostumbrados a comprar su juego en una tienda o bazar, con su caja, instructivo y respectivo cartucho o disco, sin embargo el juego que ahora les reseño sólo se puede conseguir por medio de descarga a través del bazar en línea de Xbox live, lo cual, para muchos puede representar el fin de una era, o simplemente una f
orma alterna de que la gente pueda allegarse de un juego (lo cual no es novedoso en el ámbito de las PC, pero sí en las consolas). Al ser un juego sin existencia tangible y que sólo se puede almacenar en el disco duro del 360, lo hace barato, o por lo menos más barato de lo que cuestan los juegos que se venden de manera tradicional, y sin embargo su diversión y duración es inconmensurable, toda vez que es un juego beat em up (tú y tres amigos más contra el mundo) usando pequeños caballeros con mala actitud y magias distintas dependiendo de su color (azul es de hielo, rojo es de rayos, naranja es de fuego y el verde es de veneno) además de todos los personajes extras que puedes conseguir (y que se prometen más en próximas expanciones). 
Sin duda lo mejor del juego es estar con cuatro amigos, tomando cervezas y no tener idea de lo que sucede en la pantalla, pero también se te ofrece profundidad desde el momento en que cada personaje va subiendo de nivel y le puedes de manera manual adjudicar cada punto de experiencia a uno de los cuatro valores que puede aumentar, ya sea fuerza, defensa, magia o agilidad. Así que puedes estar jugando con amigos que tengan personajes con un nivel de experiencia similar al tuyo, pero que se desempeñen de manera diversa en el juego. Así tenemos que uno puede ser muy rápido y el otro muy fuerte –por ejemplo– pero lo que es seguro es que te divertirás mucho. Es un juego que rebasó, por mucho, las expectativas que yo tenía de él.
Sus gráficas en dos dimensiones, te hacen replantear si es que sólo se debe seguir programando en 3D, además que la animación es súper fluida y los personajes entrañables, desde los cuatro personajes básicos, hasta el valiente y viejo rey al que sirves, pasando por los enemigos, desde los peones más bajos, hasta el último enemigo, todos están llenos de personalidad y detalles que lo hacen por mucho un juego de calidad cuidada.
En cuanto al juego en línea, puedo decir que he tenido la oportunidad de jugar con el buen Oinot y no hemos sufrido problemas de lagg, salvo uno que otro momento, pero que no son determinantes para pensar que el juego on line sea malo, por el contrario, se juego muy bien, tanto que la primera vez que lo terminé fue en línea con ayuda del referido Oinot.
Otros aspectos como las colecciones de armas y de animales, le agregan todavía mayor valor para jugarlo de nuevo y en fin, creo que es un excelente juego para cuando no deseas tener algo muy clavado y quieres jugarlo con cuates mientras te platican lo miserable que fue su semana… tomando unas chelas.
Por su precio, calidad y diversión, lo recomiendo ampliamente para cualquiera que tenga un 360 (oíste piiiinchi maicol!)
Calificación: 4 tamales y 2 semitas.
orma alterna de que la gente pueda allegarse de un juego (lo cual no es novedoso en el ámbito de las PC, pero sí en las consolas). Al ser un juego sin existencia tangible y que sólo se puede almacenar en el disco duro del 360, lo hace barato, o por lo menos más barato de lo que cuestan los juegos que se venden de manera tradicional, y sin embargo su diversión y duración es inconmensurable, toda vez que es un juego beat em up (tú y tres amigos más contra el mundo) usando pequeños caballeros con mala actitud y magias distintas dependiendo de su color (azul es de hielo, rojo es de rayos, naranja es de fuego y el verde es de veneno) además de todos los personajes extras que puedes conseguir (y que se prometen más en próximas expanciones). 
Sin duda lo mejor del juego es estar con cuatro amigos, tomando cervezas y no tener idea de lo que sucede en la pantalla, pero también se te ofrece profundidad desde el momento en que cada personaje va subiendo de nivel y le puedes de manera manual adjudicar cada punto de experiencia a uno de los cuatro valores que puede aumentar, ya sea fuerza, defensa, magia o agilidad. Así que puedes estar jugando con amigos que tengan personajes con un nivel de experiencia similar al tuyo, pero que se desempeñen de manera diversa en el juego. Así tenemos que uno puede ser muy rápido y el otro muy fuerte –por ejemplo– pero lo que es seguro es que te divertirás mucho. Es un juego que rebasó, por mucho, las expectativas que yo tenía de él.
Sus gráficas en dos dimensiones, te hacen replantear si es que sólo se debe seguir programando en 3D, además que la animación es súper fluida y los personajes entrañables, desde los cuatro personajes básicos, hasta el valiente y viejo rey al que sirves, pasando por los enemigos, desde los peones más bajos, hasta el último enemigo, todos están llenos de personalidad y detalles que lo hacen por mucho un juego de calidad cuidada.

En cuanto al juego en línea, puedo decir que he tenido la oportunidad de jugar con el buen Oinot y no hemos sufrido problemas de lagg, salvo uno que otro momento, pero que no son determinantes para pensar que el juego on line sea malo, por el contrario, se juego muy bien, tanto que la primera vez que lo terminé fue en línea con ayuda del referido Oinot.

Otros aspectos como las colecciones de armas y de animales, le agregan todavía mayor valor para jugarlo de nuevo y en fin, creo que es un excelente juego para cuando no deseas tener algo muy clavado y quieres jugarlo con cuates mientras te platican lo miserable que fue su semana… tomando unas chelas.
Por su precio, calidad y diversión, lo recomiendo ampliamente para cualquiera que tenga un 360 (oíste piiiinchi maicol!)
Calificación: 4 tamales y 2 semitas.

Me parece que la pancarta que sacaron los jugadores suplentes al final del encuentro que decía "Gracias, Cuauhtemoc" enviaba el mensaje perfecto para la ocasión. El Temo nos hizo emocionarnos a todos aquellos que seguimos a la selección mexicana en más de una ocasión. Con su enorme actuación y goles contra Brasil cuando México ganó la Copa Confederaciones en el Azteca; con aquel golazo que metió de manera casi imposible a Bélgica en Francia 98 a pase de Ramón Ramírez, tirándose con los pies hacia adelante y metiendo la pelota en el pequeñísimo espacio entre el poste izquierdo y el protero; con ese maravilloso pase que puso en la cabeza de Borgetti cuando anotó uno de los goles más espectaculares de nuestra selección en un campeonato mundial, a Italia en Corea-Japón 2002; cuando le cometieron el penalty y conviritó el gol frente a Croacia en ese mismo campeonato. Muchos, sí señor, son los recuerdos gratos de momentos en los que el Temo nos hizo felices con su juego. Hay que reconocerlo, el tipo nunca se guardó nada y dejó todo en la cancha cuando usaba la camiseta verde; hasta una terrible lesión, la peor de su carrera, sufrió con el seleccionado.
